- La inversión del proyecto asciende a 200 mil millones de pesos
- Contribuirán al saneamiento de la quebrada La Iguaná y sus afluentes
Los habitantes de 24 barrios vecinos de la cuenca baja de La Iguaná tienen ahora 21 kilómetros de redes de acueducto y 16 kilómetros de redes de alcantarillado en óptimas condiciones, que les permiten continuar disfrutando de servicios públicos de calidad y reducir la descarga de las aguas provenientes de los hogares, industrias y comercios a la quebrada La Iguaná y sus afluentes.
La primera etapa del proyecto La Iguaná-La García, uno de los más ambiciosos de EPM para sanear el río Aburrá-Medellín y sus quebradas afluentes, culminó en la parte baja de La Iguaná. Las obras en la parte alta del sector están próximas a iniciar.
Las obras realizadas por EPM transportan 188.28 litros de aguas residuales por segundo (equivalentes al caudal necesario para llenar una piscina olímpica en aproximadamente cinco horas) hacia los interceptores que conducen el agua residual hasta la Planta de Tratamiento Aguas Claras, en el municipio de Bello, con el fin de ser tratadas antes de llevarse al río Aburrá-Medellín.
Cuidado ambiental
La totalidad de este proyecto, que incluye ambas etapas, contempla la reposición y modernización de 35,5 kilómetros de redes de acueducto y la intervención de 27,9 kilómetros de redes de alcantarillado, así como la recolección de 93 descargas de aguas residuales (unos 268 litros por segundo).
Al culminar las obras, EPM habrá invertido cerca de 200 mil millones de pesos en garantizar servicios públicos de calidad para la comunidad y robustecer la capacidad de sus redes para dar cobertura al crecimiento poblacional y urbanístico que se espera se registre en la zona de La Iguaná durante los próximos años. También con esta intervención se busca contribuir al saneamiento de las quebradas y del río Aburrá-Medellín, como parte del compromiso de la Empresa con la sostenibilidad, la calidad de vida y el bienestar de las personas.
Jorge Andrés Carrillo Cardoso, gerente general de EPM, indicó que “este tipo de obras tienen la particularidad de ser subterráneas, razón por la cual no se ven, pero los beneficios que ellas generan sí se sienten por parte de la comunidad en la calidad del servicio y el cuidado ambiental”.
Estas palabras del gerente general de EPM son hoy una realidad para los vecinos de los barrios y sectores: Pesebre, Blanquizal, San Germán, Almendros de La 80, La Iguaná, El Volador, Cuarta Brigada, Los Colores, Carlos E. Restrepo, Robledo, Palenque, Robledo Parque, Altamira, López de Mesa, Robledo Cortijo, Floresta, Calasanz, Estadio, Suramericana, Caribe, Francisco Antonio Zea, Córdoba, La Soledad y Villas de La Iguaná.
Ninguno de los habitantes puede ver hoy las redes de acueducto y alcantarillado que surcan bajo tierra las calles y espacios de las zonas intervenidas, pero sí disfrutan de agua de calidad para beber y de quebradas más limpias.
La segunda etapa de este proyecto contempla los barrios Alfonso López, Aures No.1 y No.2, Bello Horizonte, Bosques de San Pablo, Cucaracho, El Diamante, Ferrini, Fuente Clara, Juan XXIII, La Quiebra, Metropolitano, Nueva Villa de La Iguaná, Olaya Herrera, Pajarito, Pilarica, San Germán, Santa Margarita y Villa Flora. Así EPM cumple con su propósito superior de contribuir a la armonía de la vida para un mundo mejor.