- El proyecto beneficia a los departamentos de Cundinamarca (incluida Bogotá), norte del
Tolima, Meta y Guaviare, en el centro-oriente del país
- Durante su construcción se rescataron 23,4 toneladas de material arqueológico, con una
inversión de $16.000 millones por parte de EPM
- La obra aportó 97 proyectos para mejorar la calidad de vida de familias de 95 veredas, que
residen en los 21 municipios del área de influencia
Con la entrega en operación comercial plena del proyecto Nueva Esperanza, EPM le aporta a Colombia una nueva
infraestructura energética que fortalece el Sistema de Transmisión Nacional y le permite a más de 12
millones de personas que habitan en su región centro oriental, contar con la energía que necesitan para
su desarrollo y bienestar.
Al anunciar este logro, el Gerente General de EPM, Jorge Londoño De la Cuesta, indicó que “con esta
nueva infraestructura, Bogotá, Cundinamarca, el norte del Tolima, Meta y Guaviare podrán recibir la
energía de otras regiones del país para atender sus necesidades de crecimiento, sin riesgo de
racionamientos o apagones en los momentos de mayor demanda. Así contribuimos a la construcción de país”.
Londoño De la Cuesta explicó que Nueva Esperanza está operando y listo para entregar toda la energía,
una vez se active el sistema de distribución.
Un complejo de transmisión de energía con gran corazón
El corazón de este moderno complejo es la Subestación Nueva Esperanza, construida en el municipio de Soacha,
la cual recibe una línea de transmisión a 500.000 voltios que llega desde la Subestación Bacatá
(propiedad de Intercolombia), situada en el municipio de Tenjo, y cinco líneas a 230.000 voltios, cuatro
de ellas reconfiguradas e integradas al proyecto, y una nueva línea que viene desde la Subestación El
Guavio (propiedad de la Empresa de Energía de Bogotá), en el municipio de Ubalá.
Contiguo a la Subestación Nueva Esperanza, Codensa construyó una nueva infraestructura para recibir toda
la energía transmitida por EPM e irrigarla al centro-oriente del país, a través de su sistema de
distribución, la cual también está próxima a entrar en operación.
El camino para llegar a la meta
“Aunque los momentos iniciales de Nueva Esperanza fueron difíciles, decidimos poner a su servicio todos los
aprendizajes que teníamos en EPM para viabilizarlo, pues era un compromiso con el país”, explicó Londoño
De la Cuesta.
“Fue así como constituimos y fortalecimos equipos de trabajo con permanencia en el territorio, para
hablar cara a cara con las comunidades, sus líderes y las administraciones municipales. Establecimos
oficinas de atención a la comunidad en varios de los municipios, pusimos en marcha estrategias de
comunicación y relacionamiento a distintos niveles, activamos un mecanismo de quejas y reclamos atento a
derechos humanos, y buscamos todo el respaldo institucional posible para sacarlo adelante”, indicó el
Gerente General de EPM.
“Hoy podemos decir que Nueva Esperanza se construyó de manera concertada con las administraciones
municipales y las comunidades de los 21 municipios de influencia, en un ambiente de respeto mutuo y
relaciones de confianza, con mucha responsabilidad y compromiso en el manejo de los impactos ambientales
y sociales”, agregó el directivo.
La Subestación Nueva Esperanza fue energizada en mayo de 2016 con las cuatro líneas reconfiguradas, y la
línea Guavio Nueva Esperanza entró en operación el 9 de febrero de 2017, mientras que la línea a 500.000
voltios, con la cual se completa el sistema, se entregó en operación el pasado viernes de 12 mayo, a las
8:00 a.m.
La construcción de esta nueva infraestructura, distribuida a lo largo de 21 municipios de Cundinamarca, demandó una
inversión total de $ 435.742 millones.
El legado de Nueva Esperanza
Además de la confiabilidad que brinda este moderno complejo de transmisión de energía, Nueva Esperanza
recupera para Colombia una parte muy importante de su patrimonio cultural, gracias a un rescate
arqueológico y a un trabajo de laboratorio adelantados con rigor técnico y científico, que amplifican el
conocimiento sobre las culturas aborígenes precolombinas del altiplano cundiboyacense.
Este rescate, el mayor en área realizado en Colombia, contó con el acompañamiento del Instituto
Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) en todas sus etapas, y es considerado un referente
nacional e internacional. El 10% de las 23,4 toneladas de material arqueológico recuperado, corresponde
a piezas en buen estado que serán exhibidas en Soacha y en museos, mientras que lo demás será entregado
a entidades académicas especializadas para el desarrollo de investigaciones futuras, siempre con la
aprobación del ICANH.
La adecuación de la sala de exhibición en Soacha se hace mediante convenio entre Codensa, la Alcaldía
municipal y EPM.
En las 95 veredas del área de influencia del proyecto, deja 97 proyectos de participación voluntaria en
el desarrollo para mejorar la calidad de vida de las familias, que fueron concertados con las
administraciones municipales y las comunidades con el liderazgo de la Fundación EPM.
También deja más de 600 hectáreas de bosques en ecosistemas estratégicos, 265 de ellas en zona de
páramo, destinadas para cuidar el agua y proteger valiosas especies de fauna y flora, como parte de las
compensaciones ambientales del proyecto. “Es como decir que estamos protegiendo para la vida, un área en
la que caben alrededor de 840 canchas del Estadio El Campín de Bogotá”, explicó el Gerente General de
EPM, Jorge Londoño De la Cuesta.
“La inversión ambiental y social del proyecto, considerando el manejo de impactos, el rescate
arqueológico, las compensaciones ambientales y los proyectos de participación voluntaria en el
desarrollo superan los $45.000 millones”, destacó Londoño De la Cuesta.
“Nueva Esperanza deja grandes aprendizajes para EPM y para el sector eléctrico colombiano, que
capitalizaremos en proyectos futuros. Lo más importante es el reconocimiento de la corresponsabilidad
que debemos tener con este tipo de proyectos, pues se construyen para garantizar un servicio público
esencial para toda la población y requieren todo el apoyo institucional para sacarlos adelante”,
concluyó el directivo.
Nueva Esperanza en cifras
- Más de 12 millones de personas de cuatro
departamentos se beneficiarán con la energía transportada por Nueva Esperanza.
- Bogotá y 20 municipios hacen parte del área de
influencia del proyecto.
- 2.961 empleos directos y 178 indirectos fueron
generados por el proyecto durante su ejecución, más del 50% de ellos para pobladores del área de
influencia.
- 97 proyectos de participación voluntaria en el
desarrollo fueron concertados con las comunidades y sus líderes en los 21 municipios del área de
influencia, con una inversión de más de $4.400 millones.
- 17 familias fueron reubicadas por estar en el
área de servidumbre, y se les restituyeron integralmente sus condiciones de vida.
- Cerca de 400 reuniones fueron realizadas por
EPM con las comunidades y las administraciones municipales en todos los municipios de
influencia.
- 6 oficinas en el territorio y una en Bogotá se
establecieron por EPM para el relacionamiento con la comunidad y la concertación de
servidumbres.
- 1.206 predios de 95 veredas fueron requeridos
para la construcción de las líneas y la franja de protección.
- 148 km es el trayecto de la línea a 230.000
voltios que va desde Ubalá a Soacha.
- 10,9 km es el trayecto de la reconfiguración
de las líneas Paraíso-Circo y Paraíso- San Mateo a 230.000 voltios en
Granada, San Antonio del Tequendama y Soacha.
- 45,5 km es el trayecto de la línea a 500.000
voltios entre Tenjo y Soacha.
- 431 torres fueron requeridas para la
realización del proyecto.
- 1.790 kilómetros de cables de acero y de
aluminio se emplearon para la conducción de la energía.
- 4 variantes del trazado fueron adelantadas a
lo largo de las líneas, algunas solicitadas por la ANLA al momento de otorgar la licencia
ambiental y otras por razones técnicas, sociales, prediales y ambientales.
- 3 subestaciones de energía fueron intervenidas
con Nueva Esperanza: una nueva construida en Soacha y dos que fueron ampliadas: Guavio en Ubalá
y Bacatá en Tenjo.
- $ 435.742 millones fue el costo total del
proyecto.
- Más de $45.000 millones fueron ejecutados en
desarrollo de la gestión ambiental y social del proyecto.
- De ellos, más de $16.000 millones fueron
invertidos por EPM para el rescate arqueológico en el sitio de la subestación.
- 23,4 toneladas de material arqueológico fueron
rescatadas por EPM en el sitio de la subestación.
- Más de 6.000 plantas epífitas fueron
rescatadas en los sitios de torre y conservadas en 10 epifitarios.