- Las investigaciones sobre biodiversidad se han realizado a través de siete programas del convenio en
42 municipios ubicados en las áreas de influencia de las centrales de generación de energía Porce II,
Porce III, Complejos Guadalupe, Peñol-Guatapé y Playas y el proyecto hidroeléctrico Ituango.
- Especies de fauna como el tigrillo, el gran murciélago espectral, la salamandra y los peces
Bocachico y el Pataló y de flora especies amenazadas pacó y cedro han sido registros destacados durante
los monitoreos en las zonas de influencia.
- Se han descubierto individuos de gran importancia ecosistémica como la colorida especie de rana y la
serpiente Nicéforo María.
El convenio BIO, firmado por EPM y la Universidad de Antioquia en 2017, ha permitido descubrir
las maravillas naturales de Antioquia, en una iniciativa científica que busca fortalecer la gestión
integral de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos mediante la planificación, ejecución y
monitoreo de acciones de conservación en las áreas de interés de generación de energía eléctrica de EPM.
De este modo, la Universidad de Antioquia aporta a la producción de conocimiento científico a partir de
la implementación de 23 investigaciones en las que ha logrado importantes hallazgos de especies de
flora, fauna terrestre e ictiofauna en las zonas de influencia de los embalses Porce II y Porce
III, ubicados en el Nordeste antioqueño.
Para la identificación de estas especies se han realizado monitoreos permanentes utilizando métodos y
técnicas no invasivas como: cámaras trampa, cortinas de niebla, implementación de códigos de barras
de ADN y marcación de individuos.
En el Día Internacional de la Diversidad Biológica, que se celebra este viernes 22 de mayo,
ambas instituciones destacan un grupo de especies de flora y fauna terrestre identificadas en el área de
influencia de Porce II y Porce III, así:
- 1. El pichí o tucancillo collarejo (Pteroglossus torquatus). Habita en las zonas
de la selva húmeda y bosques secundarios cercanos a las centrales Porce II y Porce III. Esta ave, que puede
formar grupos pequeños para vivir en el mismo árbol, se alimenta principalmente de frutas, pero también
consume insectos, reptiles pequeños, huevos de aves y otras presas pequeñas.
- 2. El pacó (Cespedesia spathulata). Es una especie de árbol presente en Porce
III que recibe su nombre en honor al botánico colombiano Juan María Céspedes. Es polinizada por insectos y
sus semillas son dispersadas por el viento. Crece en sitios luminosos, entre los 0 y 2.000 metros sobre el
nivel del mar. Además, es usada como ornamento y su madera es empleada para elaborar canoas.
- 3. El Cedro (Cedrela odorata). Este árbol que puede alcanzar los 40 metros de
altura crece naturalmente en los bosques de los embalses de Porce II, Porce III y Playas. Presenta una
abundante floración, con flores suavemente perfumadas, de color crema verdoso. Su madera va del rojo hasta
el marrón claro, lo que la hace muy atractiva por lo que sus poblaciones naturales han sido diezmadas por su
uso y aprovechamiento.
- 4. La Sombra de Nicéforo María (Synophis niceforomariae). En 2016, en las áreas
protegidas del embalse Porce III, se generó por primera vez el registro de esta serpiente, de la cual no se
sabe su fuente de alimento, dados los pocos estudios efectuados. Se conoce que habita en zonas boscosas,
recibe su nombre en honor al zoólogo Nicéforo María y ha sido registrada en Antioquia, Caldas y Tolima.
- 5. El ocelote o tigrillo (Leopardus pardalis). Este hermoso mamífero está
presente en Porce II y Porce III. Con un tamaño de hasta 90 centímetros y un peso promedio de 14,5 kilo. La
amplia dieta de este felino está compuesta por otros mamíferos, aves, reptiles, frutas e insectos. Solo
abandona su vida solitaria para aparearse en los bosques, manglares y pantanos que habita. El tigrillo es
vulnerable a la cacería y a la pérdida de su hábitat.
- 6. Murciélago espectral (Vampyrum spectrum). Es uno de los murciélagos más raros
y grandes del neotrópico y habita en zonas de Porce II y Porce III. Se trata de un depredador, que, a pesar
de presentar poblaciones reducidas, tiene una amplia distribución en las zonas boscosas, pastizales y
frutales, donde se alimenta de otras especies de murciélagos y un variado tipo de pequeños vertebrados.
- 7. Salamandra Bolitoglossa lozano, endémica del Magdalena Medio. Espécimen
abundante y representativo en Porce III, que es, junto con el Oedipina, los únicos géneros de salamandras en
Suramérica. Sus hábitos le permiten llevar una vida nocturna mientras se alimenta de los insectos existentes
en los árboles donde residen, los cuales suelen pertenecer a hábitats muy conservados.
- 8. Pristimantis jaguensis. Colorida nueva especie de rana registrada en Porce
III. Su poliformia le posibilita a su especie poseer los colores rojo, amarillo, anaranjado y verde. Lleva
su nombre por la vereda el Jagüe, del municipio de San Rafael, donde fue encontrada por primera vez. Está
asociada a coberturas vegetales secundarias como guaduales, cerca de lagunas y bosques intervenidos, pero
por ser una especie tan reciente, aún no se tienen estudios sobre su historia de vida o fuente de alimentos.
Adicionalmente, se encuentran hallazgos significativos sobre la ictiofauna de los ríos y embalses, como la
identificación de especies de peces migratorias como el Bocachico (Prochilodus magdalenae) y el
Pataló (Ichthyoelephas longirostris), las cuales son importantes por ser un recurso pesquero de
gran interés en la zona y endémicas de la cuenca del Magdalena- Cauca.
Simultáneamente, la implementación de los códigos de barras de ADN ha sido un avance importante
en los procedimientos de monitoreo de especies de peces. Este método de identificación no invasivo evita la
captura y sacrificio, fortaleciendo de esta forma la conservación de especies endémicas, amenazadas o con
poblaciones reducidas.
Para EPM ha sido estratégico contar con la Universidad de Antioquia como aliado en este convenio, pues a
partir de la ciencia aplicada se van a enfocar las acciones de conservación y se tomarán decisiones
que incluyan medidas de manejo ambiental. Hasta finales de 2020, el convenio seguirá desarrollando sus
programas, aportando conocimiento sobre la biodiversidad y de cara a los crecientes retos ambientales.
Con este tipo de iniciativas, EPM protege y conserva las áreas de importancia ecosistémica en las zonas
de sus embalses de generación de energía, en ese propósito superior de contribuir a la armonía de
la vida para un mundo mejor.