- Son más de seis kilómetros que representan una fórmula de
inclusión e innovación para llevar el agua por el aire
- Esta solución responde a las particularidades del territorio para la prestación del
servicio
- El Grupo EPM trabaja para cerrar la brecha de acueducto
y alcantarillado en Urabá
Hoy 15 de julio, Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas, 500 familias del municipio de Turbo (Urabá)
celebran que, gracias a la dinámica de innovación e inclusión del Grupo EPM, ya cuentan con agua potable que por
medio de un “acueducto aéreo” de más de seis kilómetros de extensión; todo un cambio positivo en el paisaje y en
la historia de los barrios El Pescador 1, El Pescador 2 y El Progreso y que beneficiará, además, a los
integrantes de la Armada Nacional en esa localidad.
Ya que sus viviendas están construidas sobre zona de manglar, lo que se traduce en condiciones de inestabilidad y
poca firmeza del terreno, en este sector no es posible instalar acueducto de manera tradicional, es decir, con
tubería enterrada. Así, esta comunidad ha esperado más de tres décadas por el agua potable.
A este reto respondió EPM con un piloto de distribución elevada, configurado por una red principal de 3.500
metros apoyada en postes para su estabilidad. Después de comprobar su funcionamiento, el “acueducto aéreo” fue
entregado a Aguas Regionales EPM, empresa filial del Grupo EPM que lidera la segunda fase con la ampliación de
redes hasta superar los seis kilómetros de extensión, la instalación de las acometidas y los medidores en cada
vivienda y las obras complementarias como senderos peatonales que mejoran la calidad de vida. La inversión fue
de $2,413 millones.
Bajo tierra y por el aire
“Los retos que Urabá le ha impuesto al Grupo EPM nos han llevado a buscar soluciones ingeniosas que nos permiten
mantener la calidad del servicio”, explicó Santiago Ochoa Posada, Vicepresidente de Agua y Saneamiento de EPM.
Así lo demuestran, dijo, apuestas como “el pozo profundo en la planta de potabilización de Apartadó, una
estructura que toma agua a 200 metros de profundidad para complementar el caudal que esta ciudad necesita. Esta
iniciativa, unida a la del acueducto aéreo, nos permiten mantener la continuidad y crecer en cobertura”. Al
igual que el pozo que se construye en Apartadó, contamos con cuatro en funcionamiento en Turbo y un quinto en
construcción, es decir, buscamos el agua en las profundidades de la tierra y, cuando es necesario, la llevamos
por el aire”.
Carlos Martínez, líder social del barrio Pescador 1, explica que esta obra “ha sido de gran impacto para nuestras
comunidades porque hacía treinta años estábamos sin el servicio de agua. Hoy, gracias a Dios, contamos con este
servicio y hasta la violencia ha mermado en estos sectores”.
Tengo 20 años de estar viviendo aquí y era muy duro… La tristeza que teníamos de ver que todos los barrios tenían
agua y nosotros aquí no”, narra Ana Elvia Palacios, habitante del barrio Pescador 2. “Cuando me dijeron que iban
a poner el agua por el aire, yo decía: ¿pero cómo?”. Y agrega: “No tengo cómo pagarles lo que han hecho por esta
comunidad. Uno sin agua no es nadie”.
Cerrar la brecha
En el Modelo de Integración en el Territorio que el Grupo EPM desarrolla en la región de Urabá, está el reto de
cerrar la brecha en materia de agua potable y saneamiento básico. Por tal razón, además de la innovación en
obras que respondan a las condiciones del suelo y de las fuentes de agua en la región, el Grupo EPM lidera
diversas iniciativas y entre ellas se destaca la ejecución de los proyectos aprobados en Obras por Impuestos,
por $28,486 millones: Optimización de acueducto en Apartadó y Tanque de almacenamiento La Lucila II, y Extensión
de alcantarillado en el barrio Obrero de Turbo, contratos en ejecución y de gran importancia, además de que no
afectan la tarifa, un aspecto vital cuando el 76% de la población de los municipios atendidos por Aguas
Regionales corresponde a estratos 1 y 2.
Además, actualmente en Turbo se ejecutan más de $34.713 millones de Aportes Bajo Condición (ABC), recursos de la
Nación que no impactan la tarifa, en los proyectos Distrito Sur y Optimización de redes de acueducto, cuya
gestión técnica se desarrolló desde la filial Aguas Regionales y al final de las obras permitirá una mejoría en
la cobertura y calidad de los servicios de acueducto y saneamiento.
Adicionalmente, desde el programa Banco2, de la mano con Corpourabá, la Organización protege y restaura 941
hectáreas de cuatro cuencas hídricas, con una inversión de $782 millones que benefician a 86 familias, y ya se
tienen los resultados de la Consultoría de Nuevas Fuentes que señala al Río León, a la altura de Bocas de
Chigorodó, como la fuente hídrica para los próximos 30 años y se convierte en el insumo para iniciar el proceso
de diseño de las redes para llevar el servicio y posterior gestión de recursos con miras a su construcción,
teniendo en cuenta el desarrollo poblacional previsto, en el que serían insuficientes las actuales fuentes de
suministro de agua.