Siendo consecuentes con los análisis realizados que concluyeron que la mejor decisión para continuar participando en el negocio de telecomunicaciones era a través de la consecución de un socio con la experiencia y disposición para asumir los riesgos propios de la industria, estrategia que se materializó con la fusión entre UNE y Millicom, dicho análisis tuvo en cuenta riesgos como: Altos requerimientos de capital, largos periodos para recuperación de inversión, ciclos cortos de obsolescencia tecnológica, canibalización de ingresos, ambiente altamente competido con grandes jugadores, alta concentración de mercado y nuevos competidores, entre otros, que aún siguen estando presentes. Lo anterior explica por qué una decisión de compra genera una exposición mayor en un mercado con un nivel de riesgo muy diferente al de los negocios estratégicos de EPM.
Por otra parte, EPM hasta el momento de la fusión controló un negocio que se basaba solo en la prestación de servicios fijos; hoy en día, UNE es una compañía que presta servicios convergentes, es decir, servicios fijos y móviles, lo que representa un mayor reto en la gestión y control, con el riesgo de no ser expertos en este nuevo mundo de telecomunicaciones. Además de todo lo anterior, podríamos poner en riesgo el nivel de transferencias futuras hacia el Distrito de Medellín.