Gozar de buena salud se ha convertido en una necesidad, o más bien, en un privilegio. Cada vez son más las
personas que se interesan por abordar la vida con energía, entusiasmo y buena actitud. A nivel mundial van
tomando mayor fuerza y relevancia los hábitos saludables y la vida en equilibrio, y es ahí donde toma relevancia
el concepto de bienestar.
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia de la Lengua, BIENESTAR es el “conjunto de cosas necesaria para
vivir bien”. Dicho conjunto abarca estar bien en el ámbito físico, en el ámbito psicológico o mental, en el
ámbito emocional y en el ámbito social.
El bienestar físico se puede resumir como la satisfacción de las necesidades básicas del cuerpo y gozar de buena
salud. El bienestar psicológico se refiere a tener pensamientos positivos, buenas relaciones y en general,
sentir que se han podido lograr las metas y los resultados que se esperan. El bienestar emocional hace
referencia a saber manejar las emociones y poderlas manifestar de forma apropiada. Y por último, está el
bienestar social, en el que la dignidad de la persona y el bien común priman sobre cualquier otro aspecto.
Cuando una persona tiene BIENESTAR, es porque siente que su vida está en equilibrio, en armonía. Su cuerpo y su
mente son saludables y todo a su alrededor funciona, tiene la claridad para afrontar los problemas y encontrar
alternativas de solución y en general, ve la vida con optimismo y esperanza. Esta es la base para gozar de una
salud integral y este ciclo comienza por las decisiones que cada persona toma a diario para sí misma.
Somos seres vivos, por nuestras venas corre el elixir de la existencia, el hecho de interactuar con el entorno
hace que nuestro cuerpo experimente ciertos cambios que requieren de un cuidado especial. Es por esto que, para
las organizaciones, el bienestar laboral ha ido tomando relevancia, ya que contar con personas saludables y
felices, redunda en grandes beneficios para las empresas, entre los cuales podemos destacar una mayor
participación en los asuntos empresariales, un incremento en el compromiso y la consolidación del sentido de
pertenencia de las personas. Es claro que cuando las expectativas de ambos se encuentran, la relación laboral
fluye en armonía.
Es entonces en este punto donde surge un gran reto para las empresas: estructurar e implementar programas de
bienestar laboral que permitan que los trabajadores acojan rutinas diarias para el cuidado de su salud y que al
estar más sanos físicamente, logren también la salud mental, prevengan enfermedades, se sientan más tranquilos,
produzcan más y mejores ideas, sean más eficientes, logren enfrentar y combatir las situaciones de estrés por
las que atraviesan y acepten los cambios del entorno, viéndolos como una oportunidad y no como una amenaza,
aprendiendo de las distintas situaciones y valorando todos aquellos regalos que la vida nos da en cada momento.
Las relaciones laborales actuales trascienden más allá de ganar dinero por unos servicios prestados o un
conocimiento aplicado. Ahora priman las sensaciones y las emociones y por eso también es fundamental involucrar
de manera activa al grupo familiar, propiciar espacios para que esas personas con las que compartimos la vida
conozcan la empresa, para fusionar el personal con el propósito que mueve la organización, sientan lo que el
trabajador hace en el día a día y generen un sentido de amor y gratitud por ella. Estas son acciones que apoyan
el compromiso de la empresa para que los trabajadores logren conciliar su vida laboral, su vida personal y su
vida familiar.
La pandemia ha traído un reto importante en la construcción de los planes de bienestar, puesto que ha requerido
migrar muchos de los programas que se realizaban de manera presencial, a la virtualidad, lo cual implica un
desafío mayor ya que se requiere de disciplina y orden para poder conjugar en muchos casos, en un mismo espacio,
la casa, el colegio y el trabajo. Es por esto por lo que toma relevancia desarrollar una serie de actividades
atractivas que le permitan a los trabajadores cuidar su salud física y mental, desconectarse efectivamente del
trabajo, desarrollar nuevas habilidades y hobbies y poder descansar en los momentos adecuados.
Dentro de estas actividades EPM ha implementado sesiones de entrenamiento físico, pausas activas para que el
trabajador realice dentro de su horario laboral, charlas de diversos temas asociados con la crianza de los
hijos, las relaciones en la familia, cursos cortos de cocina, maquillaje, carpintería, huertas caseras, entre
otros y temas asociados a la meditación, al mindfulness, que fomenten el equilibrio y la tranquilidad mental.
Tanto personas como empresas apuntan a crecer de manera saludable, armónica y sostenible. En la medida en que
gradualmente se logren combinar esos objetivos de manera cooperativa, satisfactoria y recíproca, se conseguirá
tener ambientes de trabajo sanos, motivadores e innovadores, lo cual en último término representará bienestar
para todos los grupos de interés. Conocernos, entendernos, ayudarnos e impulsarnos son los ejes para vivir más a
gusto, son la materia prima del Bienestar.